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5 creencias supersticiosas de buena suerte de distintos países

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Amuletos de la fortuna, tréboles de cuatro hojas, gatos negros, espejos rotos, el viernes 13, caminar debajo de las escaleras, cruzar los dedos, son solo algunas de las supersticiones más populares y arraigadas que las personas asocian con sus creencias sin importar su origen cultural.

Estas supersticiones las tienen todo tipo de personas, incluso deportistas. Por ejemplo, se sabe que el jugador de tenis Rafael Nadal se apega a una lista de hábitos que incluyen una ducha fría de 45 minutos antes de cada partido, asegurándose de que las etiquetas de sus botellas de bebidas estén orientadas hacia el final de la cancha.

Si bien algunos etiquetarían estas creencias como peculiares, no es raro que las personas se apeguen a diferentes creencias y supersticiones que no tienen una base científica, sino una base intuitiva nada racional. Desde la perspectiva de la psicología, los rituales que reducen la ansiedad se encuentran entre los posibles síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo.

Sin embargo, las supersticiones no se limitan a personas con TOC y otros déficits mentales, como lo señaló Jane Risen, psicóloga de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago. «Incluso los adultos inteligentes, educados, emocionalmente estables tienen supersticiones que no son racionales», apunta Risen.

Las supersticiones pueden estar condicionadas desde la infancia, transmitidas por miembros de la familia que las consideran parte de su religión o cultura.

Aquí te dejamos una lista de 5 supersticiones de buena suerte que se practican en diferentes países.

5 supersticiones de buena suerte

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Plantar un árbol en celebración de una boda

En los Países Bajos y Suiza, algunos recién casados plantan un pino fuera de su hogar para traer buena suerte y fertilidad al matrimonio. Otras parejas incorporan árboles en su ceremonia de boda real, creyendo que los árboles traerán buena suerte y bendecirán su unión

 

Comer habas o frijoles en Año Nuevo

Los argentinos se preparan para el Año Nuevo comiendo habas o frijoles para así tener buena suerte en el año que comienza. Ya sea que lo coman en la víspera de Año Nuevo o en el Día de Año Nuevo, los argentinos creen que los frijoles les traerán suerte en sus vidas y seguridad en sus trabajos.

 

Creer que es de buena suerte que el excremento de un ave en vuelo caiga encima de uno

En Rusia, en lugar de creer que es desagradable que a un ave defeque encima de uno, se toma como un signo de buena suerte y fortuna. Para los rusos, los excrementos de aves que caen encima de uno, del hogar o el automóvil significa que el dinero viene en camino.

 

Tirar los platos rotos para desear buena suerte

En Dinamarca, la gente guarda sus platos rotos durante todo el año para lanzarlos en la víspera de Año Nuevo. Los daneses tiran los platos rotos a las casas de sus amigos y familiares como una manera de desearle buena suerte el año venidero. Algunos niños daneses (y también alemanes) optan por dejar un montón de platos rotos en las puertas de sus amigos y vecinos, para así desearles prosperidad.

 

Derramar agua detrás de alguien

Según las historias populares serbias, derramar agua detrás de alguien es una excelente manera de darles buena suerte. Debido a que el agua en movimiento es fluida y suave, le confiere buena suerte a la persona que se le derrama. Los serbios derraman agua detrás de sus amigos y familiares que se están preparando para tomar un difícil examen, o que van a enfrentar una entrevista de trabajo o se van de viaje.

Esencialmente, todas las supersticiones se basan en que a nuestras mentes les gusta tener un sentido de control en medio de nuestras vidas impredecibles. Lo que definitivamente no es ilusorio sobre las supersticiones, es el efecto relajante que tiene en nuestro estado mental. Los psicólogos señalan que saltarse un ritual aumenta la ansiedad, creando así una especie de profecía autocumplida al distraer a la persona reduciendo su confianza durante un evento importante. Y, al contrario, al practicar supersticiones para la buena suerte, se genera un escenario positivo que calma la impaciencia o inquietud, generando la actitud y seguridad necesaria para que todo salga bien.