
Cualquiera que haya tenido la oportunidad de participar en la catequesis o en grupos católicos debe haber aprendido ya al menos lo esencial del acto de penitencia. Sin embargo, con el ajetreo de la vida diaria, acabamos dejándolo un poco de lado.
Siempre es bueno recordar nuestras antiguas oraciones, especialmente si las aprendimos en nuestra infancia. La oración es el acto más poderoso jamás descubierto por el hombre, puede cambiar todo el escenario de tu vida del día a la noche.
No importa si eres un experto o un principiante en el acto de penitencia, simplemente lee este artículo con atención y haz exactamente lo que se dice aquí.
¿Qué es el acto de penitencia?

Esta es una oración muy poderosa que es practicada por la mayoría de las personas en algún momento de sus vidas. Si nunca lo ha hecho, no es demasiado tarde para hacerlo.
El acto de contrición no es una confesión, pero es casi como una. Es algo para librarse del peso de sus pecados, de lo que ha pasado antes y de lo que le ha hecho mal.
La parte más importante de esta oración es que Dios quiere nuestro arrepentimiento y es exactamente para eso, para que podamos ver más claramente lo que hemos hecho mal y nos dé la oportunidad de dejarlo atrás.
Esta oración es la forma más pura de asumir que somos verdaderos pecadores, de asumir que tenemos muchos errores pero que estamos dispuestos a cambiar. Es la oración perfecta para cualquier persona que quiera cambiar su vida de una vez por todas.
Si has estado pasando por situaciones en las que la culpa se ha colado y simplemente no sabes qué más hacer, entonces tal vez este sea el momento de hacer la penitencia y deshacerte de una vez por todas de todo lo que ha estado atormentando tu alma.
Pequeño acto de penitencia
Si quieres hacer esta oración, pero no tienes la seguridad de hacerla, o no tienes suficiente tiempo, haz la más pequeña, que funciona igual y trae el mismo éxito.
No pienses que por ser más pequeño será menos efectivo; al hacerlo pronto sentirás una sensación de alivio que envolverá tu alma y posteriormente tu vida.
“Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido, pues eres tan bueno y bondadoso. Prometo, por la fuerza de tu gracia, hacer lo mejor que pueda. ¡Piedad, Jesucristo!»
Mientras rezas, recuerda tus últimos pecados. De nada sirve que lo digas por tu boca y luego sigas pecando de la misma manera. Arrepiéntete para que recibas el perdón, como dice el Señor.
Acto de penitencia tradicional
Al igual que tenemos la versión más pequeña, también tenemos la más tradicional, que, a su vez, también acaba siendo la favorita de la gente.
Si tienes tiempo y disposición, opta por hacer la tradicional, no porque la anterior sea menos potente, sino porque ésta es más larga y puedes mantener tu comunión estable durante un poco más de tiempo.
Esto está indicado para hacerlo con un sacerdote, puedes ir a la iglesia en un día de confesión, o pedir al sacerdote que visite tu casa. Ambas ideas son muy buenas.
El acto original es el siguiente:
“Dios mío, porque eres infinitamente bueno, te amo con todo mi corazón. Bendito seas, me arrepiento de haberte ofendido y, con la ayuda de tu divina gracia, me propongo firmemente enmendar y no volver a ofenderte; pido y espero el perdón de mis faltas, por su infinita misericordia, ¡Amén!”

Este es el acto más utilizado, más apreciado por todos los seguidores de Jesús. Es una buena manera de estar más en paz con nuestros propios pecados, aunque sea imposible garantizar que no vuelva a ocurrir.
La verdad es que, mientras nos arrepintamos de todo, el Señor ve nuestros esfuerzos y nos da su pleno perdón.
Si crees que debes decir algo más durante la oración, no dudes en hacerlo. La oración escrita arriba es sólo para darte una dirección, debes hacer esto de todo corazón. Si quieres, confiesa tus pecados en voz alta ante Dios.
Hacer este tipo de cosas es muy importante, no sólo porque debemos ser conscientes de nuestros errores, sino porque debemos arrepentirnos de cada uno de ellos.
Breve acto de penitencia para la confesión
Este acto es exactamente igual que el más sencillo, que se encuentra al principio de este post, lo que cambia es su finalidad. La primera es para rezar a solas, la siguiente es más adecuada para rezar durante la confesión.
En estas coordenadas, te diré que le pidas al sacerdote un minuto para hacer tu penitencia, no te lo negará. Incluso puedes pedirle que te acompañe.
“Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido, pues eres tan bueno y bondadoso. Prometo, por la fuerza de tu gracia, hacer lo mejor que pueda. ¡Piedad, Jesucristo!”
Elige lo que mejor se adapte a tu vida y a tu rutina, es importante que salga como se espera. Hazlo de todo corazón y serás perdonado, así nos dice Dios en su inmensa bondad.

Deja de lado la culpa y la pena; Dios no quiere que estemos tristes. Ten en cuenta que nuestra vida está rodeada de pecados, y cada día cometemos uno diferente al otro.
Quédate en paz con tus errores y aciertos, sólo arrepiéntete y sigue tu camino de hacer el bien. ¡Quédate con el Acto de penitencia, con Dios y con su inmenso perdón!
