
En el esoterismo, es conocida la La Noche Oscura del Alma (frase atribuida a San Juan de la Cruz), cuando a nivel espiritual y personal el hombre llega dentro de su ciclo de la existencia a un momento clave (de crisis o depresión) donde sufre cambios importantes y radicales que pueden ser dolorosos, como la pérdida del ser amado, un cambio de residencia o país o la terminación de un trabajo largo; entonces es cuando se desatan en nuestro interior emociones y nuestra forma de pensar cambia; se cierran ciclos y se abren otros; evolucionamos, crecemos y maduramos aprendiendo de todo ello.
Noche oscura del alma se le llama metafóricamente a la fase espiritual de una persona, que pierde el sentido de la vida y que está en soledad o deprimida (desolación). Suele perderse la fe y las ganas de seguir adelante.
Muchas veces esos momentos son parteaguas que nos llevan a una crisis existencial y vemos las cosas de una forma distintas pues nuestra realidad cambia drásticamente. Caminamos por senderos que no conocíamos y que no imaginábamos que estaríamos parados en ese camino; llegamos a lugares sin saber cómo o a sentir algo que jamás imaginamos.
Con la noche obscura del alma buscamos respuesta a nuestras preguntas, pero tal vez llegan más preguntas que respuestas; buscamos fuerza como nunca lo habíamos hecho, en nosotros mismos pero también en Dios. Nos reencontramos de nuevo con nosotros mismos. Recuperamos o intentamos recuperar nuestra esencia. Nos alejamos de algunas personas pero tal vez buscamos a esa la indicada para acompañarnos en este viaje de la noche oscura del alma.. Queremos (ansiamos, mejor dicho) descubrir por qué y para qué estamos aquí en esta vida, en este momento. La crisis a veces nos lleva a la soledad, la enfrentamos, pero es ideal que la usemos a nuestro favor, para valorar lo que aún tenemos, aunque haya pérdidas; para confrontarnos al compararnos con otras vidas que están pasando momentos peores, para encontrar compasión, tranquilidad, alivio, un respiro; darnos cuenta que seguimos aquí, por algo, por alguien; aunque en la obscuridad tal vez en ese momento no esté claro.
Sin temor a equivocarnos, debemos estar seguros que encontraremos de nuevo el sentido de la vida y nuevos caminos. La meta es sostenerse después de la tormenta, encontrando el equilibrio. Cierra los ojos, respira. Recuerda: “Después de la tormenta llega la calma”, es una realidad y hay que pasar por un proceso. Es doloroso muchas veces. Puede sucedernos una o varias veces en la vida, pero a todos nos sucede; es cuando las dudas salen a flote y nos preguntamos sobre el por qué de todo, de nuestra existencia. Muchos le llaman: el enfrentamiento con la propia sombra.
Síntomas de “la noche oscura del alma”
- Intentamos encontrar a nuestro niño, a nuestro yo interno.
- Sentimos varias emociones de éstas o todas: nostalgia, tristeza, dolor, ansiedad, sin ánimos, soledad, impotencia, desesperación, miedo, angustia, confusión.
- Creemos que necesitamos redefinirnos como personas, en lo espiritual y en todos los aspectos de la vida.
- No tenemos ganas de dar un paso o no sabemos qué hacer.
- Perdemos la conexión con nosotros mismos.
Si crees tener los síntomas de la noche oscura del alma, no tengas miedo y sigue leyendo. Si tienes la tentación de “tirar la toalla”, no lo hagas. Para levantarnos después de caernos, a veces hay que tocar fondo.
Puede parecerte que no hay salida; el desequilibrio emocional por lo general será superado si haces conscientes tus emociones y sentimientos, las aceptas y te perdonas. Busca ayuda médica o psiquiátrica si piensas que te hace falta, es muy importante si tu instinto te dice que lo necesitas, se vale y no tengas miedo de hacerlo. La mayoría de las personas no lo necesitan y podrán salir adelante.
En la etapa de la Noche oscura del alma, hay algo benéfico dentro de todo lo malo o lo pesimista que puede estar uno; el proceso nos obliga a generar un cambio positivo radical, y por instinto de supervivencia lo haremos, dejando a un lado el lado obscuro que todos tenemos y que tiende a rendirse, a pensar que ya nada vale la pena o que todo ha acabado.
En la psique del ser humano, existe la necesidad de desechar lo inservible en algún momento de la vida, para beneficio de nuestra evolución, aunque a veces duele. Hacer consciente lo inconsciente y lograr separarnos de las personas que son tóxicas, lo mismo pasa con los pensamientos negativos y las cosas o hábitos que nos están destruyendo, duele. Todo proceso y cambio duele.
La noche oscura del alma, es para muchos una prueba de resistencia y se da por algo que nos pasó o por una decisión consciente, pero la fase de oscuridad no debe de darnos miedo, es dentro de todo normal y parte de la evolución. Permanecer y fortalecerse, como parte de una metamorfosis. Los Teósofos pensaban que el proceso del que hablamos, es una desconexión con el mundo espiritual y que la guía para la transformación debe ser la fe; y es cuando parecen desaparecer los maestros o guías, cuando tenemos que creer en nosotros mismos y tener confianza en que todo es parte de un aprendizaje. La inspiración y la sabiduría llegan al final. Es inevitable, experimentar las noches oscuras, pero forma parte de la vida del hombre. “Saltar es evolucionar, continuar, no claudicar y seguir adelante”.
Para renacer, primero hay que convertirse en cenizas.
Nietzsche
MEDITAR como una opción para salir adelante.
La meditación es una forma de ayudarnos en este tipo de etapas tan duras de sobrellevar. Existen varias formas de meditar y te recomendamos consultar nuestra sección de «Meditación y disciplinas», pero recuerda que también existen oraciones muy importantes para sanar espiritual y emocionalmente, te recomendamos ésta oración que cura. Sigue leyendo para poner fin a la impotencia y a la depresión.
Adiós a la depresión
Luego de poder encontrar el desapego en nuestras vidas, nos liberará. A nivel espiritual, nos sentiremos mejor al final pues llegará la luz a nuestras vidas. Muchas veces es en este momento de duelo cuando nos acercamos a Dios por un sentimiento de necesidad, y al encontrarlo, la mente se aclara. Repite: “Jesús, en ti confío” si crees en Jesucristo. Si no, haz el mismo ejercicio pensando en la energía más poderosa que puede existir en el Universo.
Encontrarás la luz en el camino y todo parecerá más fácil, cada pieza se acomodará en su lugar, los procesos creativos también ayudan durante y después del proceso del desahogo y es entonces cuando el alma renace, dándonos una nueva oportunidad, para encontrar la felicidad. ¿Cómo o con qué? Con lo que hay o habrá, con nuestros actos, decisiones y forma de vida. CON FE. La fuerza la encontrarás en la voluntad. La motivación en un respiro, al ver el cielo o a tu mascota, o al hablar con tu mejor amigo, y si no lo hay, al ver a un desconocido e intercambiar una sonrisa.
El crecimiento espiritual que se da cuando se supera la noche más oscura del alma es de un renacimiento increíble que recobra fuerza y felicidad en nuestro ser, cuando antes la tristeza parecía abatirnos. A veces para encontrar nuevas etapas, el camino primero se obscurece. El proceso es único y personal al afrontar la vida. Cuando padecemos una depresión tal como lo hablamos, puede existir un repentino abandono de fe, pero al pasar la noche más obscura del alma y llegar el amanecer, se reencuentra y el sol ilumina de nuevo la vida.
“En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.
Y la crisis, aunque atemoriza, nos sirve para cancelar una época e inaugurar otra.”
Eugenio Trias
¿Te sientes deprimido? Siempre hay luz al final del camino.
Te recomendamos este: RITUAL CONTRA LA DEPRESIÓN
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